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Diseño de un plan de mantenimiento. Caso practico

 

A pesar de que hoy en día disponemos de nuevas técnicas de mantenimiento y contamos con una amplia gama de tecnología aplicada al mantenimiento, seguimos encontrando un gran número de empresas que siguen basando su estrategia de mantenimiento en el correctivo, es decir, actuan únicamente cuando sucede una avería. 

Hace unos meses tuve que diseñar el plan de mantenimiento para una empresa que, pese a llevar en funcionamiento más de 20 años, no contaba con una planificación de mantenimiento, optando por realizar mantenimiento correctivo.

Después de un análisis inicial, se constató que las principales averías en los equipos se producían en correas, cuchillas, rodamientos y cilindros neumáticos. Tras revisar el histórico de reparaciones se obtuvieron los siguientes datos:

  • Media de intervenciones al mes: 20,5
  • Media de horas al mes: 31 h
  • Media de tiempo por intervención: 1,5 h

 

Objetivos a conseguir con el plan de mantenimiento

  • Minimizar actuaciones correctivas.
  • Aumentar disponibilidad de la maquinaria.
  • Alargar la vida de los equipos.
  • Creación de un sistema de codificación para equipos y repuestos.
  • Mejora de la gestión de equipos y repuestos.

 

Proceso de diseño del plan de mantenimiento

  1. Análisis de los equipos existentes y de su funcionamiento.
  2. Revisión de las pautas de mantenimiento indicadas en la documentación de los equipos y verificación en campo.
  3. Revisión del histórico de información existente de intervenciones de mantenimiento
  4. Propuesta de plan de mantenimiento (documentos necesarios, sistema de codificación, tipos de mantenimiento,…).
  5. Diseño del sistema de codificación de equipos y de repuestos.
  6. Diseño de los planes de mantenimiento (preventivo y rutas de inspección).
  7. Presentación del plan de mantenimiento, sugerencias de áreas de mejora y recomendaciones de equipos de inspección.

 

Plan de mantenimiento

Documentos diseñados: 

  • Hoja de solicitud de orden de trabajo: hoja a cumplimentar para solicitar la intervención en un equipo o bien para comunicar una anomalía del equipo. Es imprescindible la colaboración del personal de producción para detectar posibles averías y mantener la maquinaria en óptimas condiciones.
  • Hoja de orden de trabajo de mantenimiento preventivo o planificado: en este formato se detallan las tareas de matenimiento preventivo a realizar en un equipo, así como los materiales y repuestos a utilizar. Se incluyen fotos de detalle para facilitar la ejecución de los trabajos. En este formato también se incluyen rutas de inspección de carácter predictivo.

Se establecieron tareas a realizar con máquina en parada y en marcha. Se marcaron diferentes frecuencias para diferentes trabajos (semanal, mensual, trimestral,…). Se dividieron las tareas en engrase, mecánicas, eléctricas y de limpieza. También especificaron trabajos a realizar por empresas externas.

Para el sistema de codificación se utilizó un sistema alfanumérico:

  • Equipo: 9 dígitos con los que se reflejaba la ubicación de la máquina en la planta (3 primeros dígitos), la sección dentro de la máquina (2 dígitos), el tipo de equipo (2 letras) y un número de orden para su situación en la máquina (2 dígitos).
  • Planes de trabajo: 9 dígitos en los que se indica, con el primer dígito el nivel de mantenimiento a realizar (1 ó 2 nivel), con una letra se especifica el tipo de mantenimiento (engrase, mecánico, eléctrico,…), identificación del equipo (5 dígitos) y los 2 últimos dígitos para indicar el número de orden del plan.
  • Repuesto: 8 dígitos, en los que la primera letra indica el tipo de repuesto (mecánico, eléctrico,…), con otras dos letras se indica la denominación del repuesto (motor, cilindro, rodamiento,…), 3 dígitos para indicar la sección en la que se ubica en equipo y 2 dígitos para el número de orden del equipo.

Se realizaron una serie de sugerencias para áreas existentes que podían ser mejoradas:

  • Identificación de repuestos y consumibles y determinación de la ubicación de almacenamiento.
  • Identificación de puntos de engrase y puntos de actuación.
  • Almacenamiento de residuos en una ubicación delimitada.
  • Optimización de lubricantes utilizados.
  • Hojas de seguridad y fichas técnicas fácilmente disponibles.

También se recomendaron una serie de equipos para mejorar las actuaciones de mantenimiento:

  • Lámpara estroboscópica, para inspección por parte de producción.
  • Cámara termográfica para revisar puntos calientes y armarios eléctricos.
  • Equipo de alineación de poleas.
  • Estetoscopio para verificación y análisis de ruidos, para uso en rutas de inspección.

Hay que tener en cuenta que un plan de mantenimiento ha de ser flexible y es necesario realizar un seguimiento del mismo para poder ajustarlo según las necesidades de mantenimiento.

El objetivo planteado con este plan de mantenimiento era mejorar el estado de la maquinaria y reducir el número de intervenciones por avería, mejorando por tanto la eficiencia de la maquinaria y aumentando la capacidad de producción.

 

¿Y tú qué opinas?

  • ¿Consideras que en tu empresa se puede mejorar el sistema de mantenimiento?
  • ¿Incluirías algún equipo más en las recomendaciones de equipos para mejorar las tareas de mantenimiento?
  • ¿Añadirías algún paso en el proceso de diseño?

Te invito a compartir tus respuestas y sugerencias en los comentarios.

 
 
Angel Partida
Ingeniero Técnico Industrial
Fundador de “Mantenimiento & Mentoring Industrial”
 

 

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¿Conocemos el potencial de ahorro del mantenimiento?

 

Habitualmente el mantenimiento se ve como una fuente de gastos, sin embargo, como ya he comentado en anteriores artículos, considero que es necesario cambiar esta visión por la de inversión necesaria para evitar costes innecesarios.

Podemos preguntarnos ¿es posible poder ahorrar costes con el mantenimiento? La respuesta es sí, aunque para poder verlo debemos ampliar nuestra visión y no fijarnos en el corto plazo (coste inicial), debemos fijarnos en el medio plazoanalizar los resultados de las acciones del mantenimiento (coste evitado). En muchas ocasiones podemos conseguir que el coste del mantenimiento quede amortizado con la primera avería que se logre evitar.

En el caso del proyecto para un cliente en el que diseñamos un plan de mantenimiento, nos encontramos con la siguiente situación inicial:

  • No existía un plan de mantenimiento preventivo, las acciones que se realizaban eran de correctivo, es decir, tan solo se intervenía en la máquina cuando se producía una avería, por lo que la planificación de las tareas era inexistente.
  • El tiempo invertido en estas intervenciones era de más de 30 horas al mes, lo que suponía prácticamente un turno semanal de trabajo. Si valoramos el dinero que supone ese tiempo de pérdida de producción, nos encontramos con un elevado coste innecesario que puede ser reducido.
  • Como consecuencia de la falta de mantenimiento, existía un deterioro prematuro de la maquinaria, así como un funcionamiento inadecuado de los equipos.

Los objetivos que pretendíamos lograr con el plan de mantenimiento eran:

  • Minimizar actuaciones correctivas: no depender de la maquinaria y decidir cuándo nos conviene intervenir para realizar el mantenimiento, pudiendo planificar adecuadamente, tanto las tareas como los recursos necesarios.
  • Aumentar disponibilidad de máquina: aumentar la capacidad productiva de nuestros equipos lo que supondrá una mejora de la eficiencia y una mayor rentabilidad.
  • Alargar la vida de los equipos: mejorar la fiabilidad y lograr que puedan seguir funcionando adecuadamente el mayor tiempo posible sin necesidad de ser sustituidos por nuevos equipos.

Es decir, estamos hablando de dinero, del ahorro que podemos obtener, de la mejora de la eficiencia y de mejorar la rentabilidad de la empresa.

Desde mi experiencia, lo primero que debemos de tener en cuenta es el valor del coste que supone una hora de parada de producción, ese dinero es una pérdida para la empresa, aparte de los perjuicios producidos al cliente por posibles retrasos en la entrega del producto.

A la hora del diseño del plan de mantenimiento, distinguimos entre dos tipos de trabajos:

  • las solicitudes de trabajos por parte de producción, que pueden ser peticiones de mejora y optimización o bien pueden ser posibles anomalías detectadas en el funcionamiento de los equipos.
  • los trabajos de mantenimiento planificado, que principalmente serán trabajos preventivos, pudiendo existir también trabajos de carácter predictivo.

De los trabajos que se realizan, tanto solicitados como preventivos,  unos se desarrollan en parada y otros en marcha. Podemos preguntarnos, “¿si es en parada, qué diferencia hay con el correctivo?“. Existe una gran diferencia, mientras que en el correctivo dependemos de la avería (no tenemos poder de decisión ni de planificación), en el preventivo decidimos cuando intervenimos y podemos planificar las tareas, así como estimar los recursos necesarios.

A la hora de planificar el mantenimiento preventivo, tenemos en cuenta:

  • la frecuencia de la realización de los trabajos,
  • si lo trabajos se realizan con máquina en marcha o parada,
  • la posibilidad de realizar rutas de inspección para observar el correcto funcionamiento de la maquinaria y anticiparse así a posibles anomalías,
  • analizar los recursos necesarios y la duración de los trabajos.

En definitiva, con un plan de mantenimiento tendremos mayor control sobre la máquina y poder de decisión acerca de las tareas a realizar. Al mejorar el plan de mantenimiento reduciremos las paradas inesperadas, reduciendo así costes.

Otro punto que se tuvo en cuenta fue la necesidad de formación del personal y la posibilidad de subcontratación de trabajos especializados de mantenimiento preventivo.

También  se incidió en la importancia de la utilización de herramientas adecuadas para la realización adecuada de los trabajos. No podemos quedarnos en “el coste” de las herramientas, sino en la utilidad de las mismas y en los beneficios que pueden aportar, tanto en reducción de tiempo como en la calidad del trabajo.

Volviendo al inicio del artículo, ¿sabemos cuánto dinero supone una hora de parada de producción? Es posible que con una avería que evitemos, que suponga una o dos horas de parada de máquina, el equipo o herramienta que queremos comprar quede amortizado. Por tanto, ¿es interesante la inversión de un equipo o herramienta? Yo desde luego considero que es aconsejable y necesario invertir.

Ahora pasa a la acción y responde a las siguientes preguntas:
  • ¿Conoces el coste de la hora de parada de producción en tu empresa? Si no es así, ¿puedes calcularlo? ¿Cuánto es ese coste?
  • ¿Conoces el tiempo invertido en averías el pasado mes? ¿Cuál ha sido el número de averías?
  • ¿Qué tareas de mantenimiento se podrían hacer para reducir el número de averías?
Te invito a compartir tus resultados, preguntas o sugerencias en los comentarios.
 
Angel Partida
Ingeniero Técnico Industrial
Fundador de “Mantenimiento & Mentoring Industrial” 

 

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Cuadernos técnicos: Sistema de engrase centralizado

 

Continuando con la categoría de cuadernos técnicos, en esta ocasión vamos a hablar de los sistemas de engrase centralizado, concretamente analizamos los sistemas centralizados de grasa, más adelante se hablará de los sistemas centralizados de aceite.

Indudablemente un sistema de engrase centralizado nos permite optimizar los tiempos de funcionamiento y las cantidades de lubricante. Podemos lubricar más frecuentemente y con cantidades más ajustadas, que realizando ese mismo engrase de forma manual. Al reducir la frecuencia de engrase aseguramos que la película de lubricante sea lo más uniforme posible.

No obstante, también podemos encontrarnos con inconvenientes. Por ejemplo, no tenemos la certeza de que el lubricante se está aplicando en el punto final, existen sensores que nos avisan de posibles anomalías en el circuito hasta el último distribuidor, pero desde este punto hasta el punto de aplicación no disponemos de elementos de control, por lo que no podemos asegurar la correcta aplicación del lubricante (por ejemplo la tubería podría estar desconectada del punto de aplicación y la grasa se perdería). Podemos solventar este problema si realizamos una inspección visual de forma periódica, pudiendo verificar que las tuberías están correctamente conectadas.

He trabajado con sistemas de doble línea y una unidad de bombeo y distribución. La estructura básica de este sistema de engrase centralizado constaría de:

  • Unidad de control, en la que podemos controlar los tiempos de espera y aplicación, la presión de lubricación, el tiempo de despresurización de línea,…
  • Unidad de bombeo, en mi caso he utilizado bombas neumáticas.
  • Válvula de distribución o inversión, que permite impulsar el lubricante, mantener la presión de línea, despresurizar la línea tras el periodo de lubricación o cambiar de línea de impulsión.
  • Bidón de grasa, generalmente he utilizado bidones de 180 kg. Se instala un plato seguidor para compactar y facilitar el bombeo de lubricante .
  • Tuberías de distribución, generalmente tubería rígida y utilizando latiguillos en el último tramo, del distribuidor al punto de aplicación.
  • Bloque de distribución, donde se fijan los dosificadores necesarios para llegar a todos los puntos.
  • Dosificador, para inyectar la cantidad adecuada de lubricante en cada punto de aplicación.
  • Boquilla pulverizadora, en caso de necesitar una aplicación de lubricante pulverizado, en concreto yo las he utilizado para lograr uniformidad en la pisada de las bandas de rodadura de las ruedas de un trommel. La boquilla tiene, por una parte la entrada de grasa y por otra la de aire comprimido que sirve para pulverizar la grasa.

En general los sistemas que he utilizado han funcionado correctamente, no así cuando he utilizado un sistema de engrase pulverizado, principalmente por el tipo de grasa empleada, con base de grafito, que es más agresiva para el sistema.

Los problemas más habituales que he tenido con el sistema de engrase pulverizado han sido:

  • Desgaste en las bombas, rotura de los muelles que facilitan el bombeo.
  • Desgaste en las juntas tóricas de la válvula direccional, lo que provocaba que se comunicaran las líneas o que se quedara presurizada la línea en operación tras el tiempo de aplicación.
  • Bloqueo de las válvulas antirretorno en los bloques de distribución, por lo que las eliminábamos, puesto que no tienen mucho sentido a menos que se utilice aceite en lugar de grasa.
  • Desgaste de las juntas de los dosificadores.

Controlando estas averías, el funcionamiento del sistema era satisfactorio. Por otra parte, es aconsejable aislar térmicamente las tuberías y los bidones en caso de encontrarse a la intemperie, de esa forma mantendremos el lubricante a una temperatura lo más homogénea posible, evitando problemas de bombeo del lubricante.

No obstante, pese a los problemas existentes, considero que las ventajas han sido mayores y la fiabilidad y calidad de engrase ha sido muy superior que realizando un engrase manual, por lo que considero que la inversión en estos sistemas es muy interesante, aunque hay que analizar previamente la aplicación antes de instalar este tipo de sistemas.

 

Angel Partida
Ingeniero Técnico Industrial
Fundador de “Mantenimiento & Mentoring Industrial”

 

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